Hemos escuchado las voces de las víctimas de los terribles crímenes de abuso sexual infantil por parte de miembros del clero. Les pedimos sinceramente perdón, así como a todos nuestros hermanos y hermanas, por lo que han hecho. Y por lo que fallamos en hacer.
P. Federico Lombardi, S.I. – Ciudad del Vaticano
Volvamos a nuestras diócesis y comunidades, diseminadas por todo el mundo, con un entendimiento más profundo que este terrible escándalo y las heridas que causa en las víctimas y en todo el pueblo de Dios.
Recordemos las palabras que ya pronunció San Juan Pablo II en el año 2002 y que siguen siendo muy profundas y expresar nuestro compromiso: «La gente debe saber que en el sacerdocio y en la vida religiosa hay para aquellos que podrían herir a los jóvenes». Queremos absolutamente que todas las actividades pastorales de la Iglesia Católica y los lugares donde se practican deben ser totalmente seguros para los menores de edad, para el respeto de su dignidad y su crecimiento humano y espiritual.
Responsabilidad, rendición de cuentas, transparencia, estas son las palabras que han resonado en estos días en los que oramos, reflexionamos e intercambiamos nuestras experiencias bajo la guía del Santo Padre Francisco y que nos comprometemos a traducir en acciones concretas. El espíritu de colegialidad y el camino sinodal de la comunidad y el aliento que necesitamos para seguir superando los problemas a los que nos enfrentamos.
Las tendencias a ocultar y dar prioridad a la institución sobre las personas a las que se pretende servir, pueden ser superadas mediante la renovación espiritual y estructural, necesaria para erradicar de la Iglesia todas las formas de abuso, no sólo sexual, pero también de poder y conciencia.
Confiamos en que nuestra reunión vaya seguida pronto de iniciativas concretas. Entre ellas se encuentran:
Un nuevo Motu Proprio del Papa «sobre la protección de los menores y de las personas vulnerables», para reforzar la prevención y la lucha contra los abusos en la Curia Romana y en la Ciudad Estado del Vaticano. Acompañará a una nueva ley del Estado de la Ciudad del Vaticano y a las Directrices para el Vicariato de la Ciudad del Vaticano sobre el mismo tema.
La publicación por la Congregación para la Doctrina de la Fe de un vademécum que ayudará a los obispos del mundo a comprender claramente sus deberes y tareas.
Además, en el espíritu de comunión de la Iglesia universal, el Papa expresó su intención de fomentar la creación de grupos de trabajo de personas competentes para ayudar a las conferencias episcopales y a las diócesis que tienen dificultades para abordar los problemas y aplicar las iniciativas de protección de los menores.
El lunes 25 de febrero, el Comité Organizador se reunirá con los responsables de la Curia Romana que han participado en la reunión, con el fin de establecer ya ahora el trabajo necesario para el seguimiento, de acuerdo con el deseo del Santo Padre, las intenciones y las ideas que han madurado en los últimos días.
Estos primeros pasos, signos de aliento, nos acompañarán en nuestra misión de proclamar el Evangelio y servicio a todos los niños del mundo, sintiéndonos solidarios con todos los hombres de buena voluntad que quieren abolir todas las formas de violencia y abuso contra los niños.