Repensar el turismo con esperanza
La situación en la que se encuentra el turismo a nivel mundial, debido a la pandemia y a las guerras,
constituye un momento privilegiado para repensar los fundamentos éticos, los valores y el sentido
más profundo de esta actividad humana, siempre a riesgo de ser considerada sólo por su aspecto
económico y geopolítico.
El Código Ético Mundial para el Turismo describe esta actividad, entre otras cosas, como “fuerza vital al servicio de la paz y factor de amistad y entendimiento entre los pueblos del mundo”, “factor de desarrollo sostenible”, “significa utilizar el patrimonio cultural de la humanidad para contribuir a su enriquecimiento”. Pero sabemos también que existen actividades que son la negación misma del lado positivo del turismo, como el tráfico de personas y las nuevas formas de esclavitud.
En este contexto actual, nos gustaría subrayar que el turismo es una verdadera “industria de paz”, ya que permite el contacto y la convivencia entre personas de diferentes culturas, religiones, etnias y condiciones, y la adquisición del conocimiento del otro y de lo diferente. Estos factores reducen y, en ocasiones incluso, eliminan la discriminación o el rechazo de lo que es diferente de nosotros.
Es por eso que el sector turístico, respondiendo a los desafíos actuales de la humanidad, se ve obligado a reinventarse o, mejor dicho, a repensarse. Esto significa implicar a los más pobres y vulnerables, como parte de la acogida y la integración al cuerpo de la sociedad y al mundo del trabajo, en un espíritu de solidaridad y protagonismo.
Asimismo, vemos positivamente una renovada atención al factor “religioso” como motor y motivación de un turismo que lleva y enriquece con su propio patrimonio cultural. Muchos turistas son buscadores del Rostro de Dios, que necesitan experimentar apertura y abrirse a la dimensión sobrenatural.
Por eso, es imperativo poner en práctica una “nueva pastoral”, que ya no se preocupe sólo de peregrinos, sino de todos los turistas; una pastoral que basa su acción en conexión y disponibilidad para el cuidado integral de las personas.
En este Día Mundial del Turismo pedimos a Nuestra Señora de las Mercedes, Patrona Nacional y acompañante de viaje, testigo de los primeros cristianos evangelizadores y evangelizados del Nuevo Mundo, Madre de toda Esperanza, que acompañe hoy y siempre nuestro camino.
Comisión Nacional de la Pastoral de Turismo Aeropuertos y Apostolado de Mar de la Conferencia
del Episcopado Dominicano
27 de septiembre de 2022