La tradicional caminata se realizó en todas las Diócesis del país.
República Dominicana. Con el lema “Unidos por La Altagracia”, miles de católicos de las diversas Diócesis del país participaron el domingo 20 de noviembre en la actividad “Un Paso por Mi Familia”, en defensa de los valores, tales como la vida, la unión familiar, la honestidad, la fe, la tolerancia, la comunicación y la justicia.
“Que sienta la población, el país entero que estamos dispuestos a defender al inocente como es la criatura que va en el vientre, no nos cansaremos de repetirlo”, señaló monseñor Freddy Bretón Martínez, arzobispo de Santiago de los Caballeros, en la misa clausura de la actividad en Santiago.
En ese orden, Mons. Ramón Benito Ángeles Fernández, obispo auxiliar de Santo Domingo, resaltó que la caminata “es una expresión de identidad con la defensa de la vida, la familia y los valores”, al tiempo que exhortó a las familias a comprometerse con “salvaguardar sus preciosos y delicados vínculos entre los hijos, los padres, los abuelos y los familiares cercanos”.
Asimismo, a través de un manifiesto la Vicaría Episcopal de Pastoral Familia y Vida de la Arquidiócesis de Santo Domingo exhortó al Estado dominicano a desarrollar políticas públicas en favor de las familias, entre las cuales propusieron implementación de la educación sexual integral basada en valores éticos y morales, la creación de una red de centros de asistencia para las familias con dificultades de convivencia y centros especializados para terapias de niños y niñas huérfanos traumatizados.
De igual manera la Diócesis de San Pedro de Macorís manifestó, mediante un comunicado, su compromiso de “defender y amar al matrimonio y la familia como célula primera y vital de la sociedad”. También señaló que “ha sido una preocupación constante de nuestra Iglesia católica y de nuestro obispo, quien la ha declarado prioritaria dentro de sus planes pastorales”.
En las caminatas diocesanas participaron una multitud de niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad, quienes con pancartas, consignas y cantos proclamaban la defensa del matrimonio entre un hombre y una mujer, el rechazo a la ideología de género y el respeto de la vida desde su concepción en el vientre materno hasta la muerte natural.